sábado, 22 de junio de 2013

El escenario intelectual postmoderno

Parafraseando a Levinas, podría decirse que la esencia de la postmodernidad es no tener esencia; y su identidad, carecer de identidad.

             Wittgenstein enseñó que determinar el significado de un término en un lenguaje consiste en describir la atmósfera en que ese término se acepta dentro del orden sugerido por ese lenguaje. Si estaba en lo cierto, adentrarse en el significado de la postmodernidad es adentrarse en la atmósfera del juego de lenguaje y de ideas que preside las condiciones en que el término es utilizado y aceptado. Las ideas, sin embargo, tienen su historia, y ello obliga – aunque sea de pasada – a conectar la atmósfera cultural de la postmodernidad con otros momentos de la historia intelectual de la modernidad.

Una interpretación de la postmodernidad que conjugue los aspectos ontológicos y epistemológicos de esta transición debe poner en relación las formas legítimas del conocer con las formas legítimas de administrar el saber y el poder. Desde la perspectiva de la ontología social, la discusión de la postmodernidad se centra sobre todo en un problema de periodización, esto es, en la identificación de un conjunto de fenómenos que pueden ser considerados como síntomas de transición hacia una nueva era.

Todos estos gestos del pensamiento postmoderno no se han quedado reducidos simplemente a una crisis académica del saber objetivo, sino que se han proyectado rápidamente sobre ámbitos decisivos de nuestra experiencia cotidiana y nuestros marcos habituales de identidad cultural.

        La postmodernidad es una específica condición del pensamiento por la que se define una nueva situación cultural. Una situación en la que la ciencia, la principal forma de conocimiento legítimo en la modernidad, ha perdido el amparo de los metadiscursos. Ha dejado de ser un discurso privilegiado sobre el que basar un diseño de la acción social que ahora queda disuelto en una pluralidad de juegos lingüísticos provistos de criterios de conocimiento particulares e incapaces de proporcionar una imagen objetiva y generalmente aceptada del orden de las cosas.


Eduardo Terrén - Postmodernidad, legitimidad y Educación.

sábado, 4 de mayo de 2013

La modernidad, la pluralidad, la posmodernidad y la Educación.


Desde que el hombre adquiere conciencia humana desarrolla la habilidad de contextualizar sus acciones; ella le permite interactuar con otros de su misma especie; esto origina sociedades que son regidas por un conjunto de normas, que permiten al hombre construirla y vivirla.

A través del razonamiento humano nacen las explicaciones sobre el mundo que nos rodea, estas acciones mentales permiten la construcción de teorías, modelos, enfoques, posturas y pensamientos, que agrupan un conjunto de ideas que buscan dar solución a situaciones problemáticas.
La modernidad designa el movimiento político y filosófico, promueve la conciencia sobre la base de la ciencia y el tecnicismo, como efecto principal, existe una tendencia a sujetar a los grupos humanos que presentan debilidades económicas, sociales y de pensamiento a la dependencia de los grupos más fuertes, ya que ellos dominan, en gran medida, la razón social.

La visión moderna sobre lo plural se vincula a un concepto participativo de la democracia, junto a la descentralización del poder político, como supuestos para garantizar la supervivencia de la armonía entre el orden político global y las especificidades individuales y grupales. , la pluralidad hace referencia a la unidad, la cual le da sentido y la afirma como tal, ya que la pluralidad es un momento de la síntesis, un todo que articula muchos fragmentos.

La posmodernidad es planeada, no como una época que sigue a la modernidad, sino como nueva forma de ver la modernidad, una actitud espiritual distinta, proporcionándole fin a los grandes proyectos, produciendo la ruptura de la totalidad, dando paso a la pluralidad y a la diversidad. La Posmodernidad plantea una crisis con aroma de cambio y renovación, que hace girar la mirada hacia la Modernidad y le permite ver al hombre, no como un instrumento y menos herramienta del progreso, sino como a un ser humano que posee emociones, pensamientos, creencias y sentido de trascendencia, que es el principal eslabón de su propio progreso, en lo plural, en la diversidad. La transformación entonces, recae el combinar lo moderno con la esencia del hombre.

Una sociedad supone la existencia del diálogo, del pensar. Y este diálogo entre los hombres es fruto de un diálogo interior de cada esencia con el ser como idea infinita que en ella reside. De allí que sea imprescindible para toda sociedad formar en el diálogo, formar en el pensar, que dan una visión de integración al hecho educativo al considerar al estudiante como un agente activo que posee necesidades. Lo que está claro para todos es que la educación que está llamada a formar hombres y mujeres capaces de edificar una sociedad verdaderamente democrática, ha de ser también democrática.

Si las instituciones educativas y la familia cambian a la promoción de una pedagogía para la democracia, se conseguirá desarrollar sujetos sociales con juicio crítico, creativos, colaboradores, que asuman la modernidad, la pluralidad, la posmodernidad y la educación. Con gusto por la vida y por el saber, se habrá ganado espacio, unos pasos adelante, porque tales hombres estarán educados para hacer frente a cualquier tipo de presión y acabarán por construir una sociedad verdaderamente humana.

Ronald Feo. UPEL, Instituto Pedagógico de Miranda “José Manuel Siso
Martínez”. Venezuela.

lunes, 25 de marzo de 2013

El sociólogo alemán Niklas Luhmann y Maturana



Niklas Luhmann                                                       Maturana


El sociólogo alemán Niklas Luhmann nació en Lüneburg, Baja Sajonia, en 1927y falleció en 1998, fue alumno de Talcott Parsonsse y se vio  influenciado por Maturana, con quien también trabajó en algunos momentos de su vida. . Niklas dedicó parte de su vida al estudio de la teoría de los sistemas, que describe y explica la sociedad como un complejo sistema. Luhmann no contempla al hombre como la base de la, sino que considera que la sociedad no está hecha por individuos, sino por sistemas de  comunicación.

 Además los medios de comunicacion, construyen una realidad que no tiene porqué coincidir con lo real. Por ello, Luhmann se refiere a este fenómeno como la “duplicación” de la realidad, siendo mayor la distancia con lo real, cuanto más complejo sea el sistema. Y es lo que sucede en la sociedad actual, cada vez más compleja y global.

         Para Luhmann, los medios de comunicación lo son porque llegan a públicos masivos, sin que haya interacción directa con ellos. Entre el medio y el público está, lo que llama, la tecnología del medio. El medio no puede llegar al espectador sin esa tecnología, para Luhmann, la función de los medios va a ser, precisamente, la creación de memoria, discriminar entre lo que se va a recordar y lo que se va a olvidar. Así, los medios de comunicación, por los mecanismos de actualización que utilizan, parecen estar más a favor del olvido que de la memoria. Es decir, como es noticia lo novedoso, lo extraño, lo actual, el resto de acontecimientos pasan rápidamente al olvido y no a la memoria.








viernes, 22 de marzo de 2013

Objetivos del Blog

  1. Almacenamientos de trabajos.
  2. Evaluación de contenidos.
  3. Proceso de interacción entre el autor y otras personas.
  4. Como objeto de aprendizaje.